miércoles, 14 de marzo de 2012

Reflexión sobre el Educador Social.

El otro día tuve que hacer una reflexión sobre el papel del educador social, y me gustó cómo me quedó, así que haré aquí una entrada voluntaria para compartirla con vosotros. ¡Espero que os guste!

Las competencias de un educador social vienen directamente relacionadas con las funciones que cumple (o debería cumplir al menos). Así, de determinadas funciones enraizarán sus determinadas competencias. Lo que está claro es que ambas deben obedecer a un par de principios fundamentales: el referido al marco profesional, y el referido a la parte ética que requiere el trabajo de educador social. Además también es obvio que este profesional debe tener un ámbito de trabajo amplio, constante y bien definido. Otra de las afirmaciones es que este campo de trabajo en el que se desenvuelve es cada vez más extenso y, por tanto, será cada vez más difícil de distinguir sus funciones y competencias. Sin embargo se puede deducir que nuevas competencias que nazcan derivarán de las ya existentes.
Si analizamos, aunque sea brevemente, el trabajo de un educador social, vamos a ver que sus principales tareas están determinadas por valores éticos. En esta profesionalidad encajan funciones directamente unidas a los usuarios o instituciones que requieren de su trabajo. Así, hay que tener secretismo, intimidad y, por supuesto, respeto.
Además, hay que tener un control óptimo de las nuevas comunicaciones y fuentes de información. Hay que ser creativos, preventivos, participativos y algo fundamental es saber trabajar en grupo. Podría decirse que un educador social “debe estar a la última” en lo referido a nuevos (y seguramente más eficaces) métodos, técnicas y estrategias.
Sin embargo, y para terminar, tenemos que darnos cuenta de que muchas de estas competencias de estos profesionales derivan directamente del ámbito social. Lo que intentamos explicar es que en el mundo actual, globalizado además, las personas estamos en continuo contacto. Cada vez nos adaptamos mejor al nuevo mundo comunicativo, a las nuevas redes sociales y, aunque en muchos factores y lugares falla, el respeto hacia los demás y la naturaleza debe ser continuo.
Es en esas excepciones en donde se sobresale de lo “normal” (es decir cuando se altera la individualidad, libertad o regularidad humanas, et.), cuando el educador social hará acto de presencia (o debería hacerlo al menos) y pondrá a desarrollar sus funciones y competencias.



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